Regreso al pasado

Me recordaba a las películas de indios, cuando llegaba el “hombre blanco” a quitarles sus derechos y la tribu pedía ayuda a sus vecinos para defender lo que les era legítimo. Pero corre el año 2014 y nadie ha pedido ayuda a sus vecinos: han acudido por voluntad propia. No vienen montados a caballo y por armas llevan carteles de protesta colgados al pecho o alzados en pancartas.

Es sábado, 14h de la tarde, y el metro de París está a tope. Llego tarde, así que me embuto en el vagón que parece tener hueco para una personilla que entra medio empujando medio pidiendo permiso. El camino se hace largo aunque para llegar solo queden 3 paradas. Empiezo a sospechar que toda esta gente va a bajar conmigo, y estoy segura de ello cuando escucho a una señora con el pelo blanco hablar sobre sus amigas, que la esperan en el andén. Al bajar, veo que sus amigas tienen su edad, es decir, ¡la de mi abuela! Se me anegan los ojos de lágrimas, aunque no lloro. El andén está abarrotado, todos vamos al mismo sitio y, para más inri, estoy rodeada de franceses. ¡Franceses que van a pelearse por los derechos del pueblo español! Son cientos, miles, miles de millares, ¡la calle está inundada! Y yo que tenía miedo de haber llegado demasiado tarde, de que la marcha hubiera empezado sin mí y de que no pudiera encontrarlos… já. Después de tanto tiempo aquí me había quedado claro por qué Francia era el país de la revolución. Cuánto los admiro por su iniciativa, por su espíritu de lucha cuando salen a la calle a reclamar lo que les parece justo. Me sentí conmovida y emocionada por el apoyo que los derechos españoles recibían desde el otro lado de los pirineos. Me dio pena pensar qué habríamos hecho nosotros, españoles, si la situación hubiera sido a la inversa y hubiera que defender los derechos de los gabachos. Odio la acepción gabacho. Ellos, los vecinos a los que se les resiente (el porqué de este resentimiento se me escapa. Un cazurro me dijo que es por lo que pasó con Napoleón. Vamos, me parto con la estupidez humana si esto es verdad…), han salido en masa de sus casas para acudir en nuestra ayuda. Éramos muchos los españoles que el sábado nos manifestamos en París, pero eran más los franceses que lo hicieron por nosotros.


Parece una peli de indios o de la Edad Media. Podría ser Regreso al pasado o el año 1789, pero corre el año 2014 y aún debemos manifestarnos por derechos que ya nos habíamos “ganado”. Como dicen los franceses, “c’est scandaleux!”.


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