Como una niña

Imagina que te piden hacer algo. Pongamos que te piden correr como una niña.
¿Qué harías? ¿Cómo lo representarías?


Es lo que pidieron a una serie de personas para este experimento, y estoy segura de que desgraciadamente yo habría tenido una reacción parecida... Lo peor no es que ellos no se hayan dado cuenta de qué conlleva imitar estas acciones mofándose de cómo las chicas hacen las cosas, sino que son el reflejo de toda la sociedad. Una sociedad que no se da cuenta muchas veces de hasta qué punto el machismo más "sutil" se cuela en nuestras vidas cotidianas.

¿En qué momento dejamos que hacer las cosas "como una niña" se convirtiera en un insulto? ¿Por qué una niña no puede hacer las cosas como lo que es, y aun así hacerlas bien? ¿Por qué, sin embargo, sí se escucha como un cumplido "jugó tan bien como los niños"?

Ser niñ@ y adolescente es de por sí difícil. Pero si además forjamos una expresión que subestime el poder de las niñas, que las convenza de que no son capaces de hacerlo tan bien como los niños, que las haga dudar de sus capacidades... acabaremos con su autoestima antes incluso de que hayan podido desarrollarla y defenderse.
Utilizar expresiones así puede parecer inofensivo, pero reflejan la cultura del patriarcado y el machismo de cada día. Muchos dirán que es una exageración, que no hay que ser tan sensible... pero no se debe subestimar el poder de las palabras, que tan superfluas nos parecen a veces. Decir "abogado", "médico", "enfermera" o "niñera" denotan una realidad que, si bien no refleja la actualidad, no dejan avanzar a la sociedad hacia donde debería: la igualdad.

Ojalá que en un futuro cercano las niñas que, pongamos, jueguen a fútbol en el recreo no tengan que decir: "lo hago tan bien como los chicos".

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